Se dice que empezó hace aproximadamente una semana. La fecha difiere de ciudad en ciudad e incluso de barrio en barrio, pero para el 2 de enero ya había tomado la capital española y varias otras urbes diseminadas por el país, hasta llegar a tomar España entera, según los periódicos, solo 2 días después.
Hay quienes dicen haber visto la expansión de algo similar a una nube, pero lo cierto es que nadie puede identificar el origen o la forma de este extraño modo de invasión que los satélites no registran y que, por otra parte, no parece impedir el normal funcionamiento de las ciudades ni tener consecuencias sobre la salud.
Al parecer, todas las denuncias han sido efectuadas por extranjeros no residentes en España, no habiéndose registrado quejas ni tan siquiera comentarios de ningún ciudadano de este país. Preguntados acerca de las denuncias de los turistas, tanto los ciudadanos comunes como los gobernantes y hasta la Realeza, restaron importancia a la noticia, continuando con sus obligaciones cotidianas y aquellas que se derivan de estas festivas fechas, sin dar muestra alguna de percatarse de la real existencia del olor denunciado.
Asimismo, han llegado noticias desde Portugal que hacen pensar que ya la península entera ha caído bajo los efluvios de lo que se está dando en llamar “perfume de María”, debido a lo aparentemente agradable de su olor y la fecha, tan próxima a las navidades, en que comenzó a percibirse. Ciudades francesas limítrofes se han visto afectadas por la extraña invasión, por lo que ya se aseguraba que, sin lugar a dudas, era el aire el modo de propagación preferido de este extraño acontecimiento. Esta afirmación cayó por tierra, dejando a los investigadores completamente desorientados, cuando se comprobó, sin lugar a dudas, que lo que se había denunciado dos días antes en Buenos Aires, capital argentina, era, efectivamente, el mismo tipo de efluvio, aunque no tan intenso y con sutiles variaciones.
Entre el 3 y el 5 de enero, los medios gráficos y audiovisuales informaron del rápido y hasta el momento imparable proceso expansivo del inexplicable acontecimiento, que habría inundado el territorio aéreo de Europa entera, así como ciertas zonas de América del Sur y la costa de África, llegando a su punto álgido el pasado día 6.
Hoy, sábado 7 de enero, estamos en condiciones de afirmar que España ha inundado el mundo de olor a roscón de reyes.