Lo que quiero decir es más o menos...

más o menos... el espacio que hay entre palabra y palabra.




domingo, 14 de marzo de 2010

¿Quién se levanta con tiempo que perder?


Corrientes 248, 2° piso, ascensor

Piiiiiiiip… Las 7:00. En sus marcas, listos…. ¡Ya!
Abro los ojos, apago el despertador, prendo la luz de la mesa de noche, me destapo. Cinco segundos. Es todo lo que le doy a mi consciencia para traerme al mundo después de seis horas de sueño. En el mismo instante en que mis pies tocan el suelo, pretendo que mi cabeza se instale de lleno en el mundo cotidiano. Algo así como un tsunami de las páginas de mi agenda llega desde algún lugar hasta chocarme la frente por dentro, al tiempo que con la inercia del cuerpo enciendo la luz del baño y empuño el cepillo de dientes. Mientras, espío de reojo el cielo y hago un paneo en la memoria de mi placard. Montones de combinaciones entran y salen de escena hasta que consigo un atuendo que aúne el clima, el ánimo, la ropa limpia y los planes para la jornada completa.
Ya un poco más prolija, pero todavía sin peinar, hago la prueba “in situ” del vestuario, porque a veces la imaginación añade o quita detalles que el espejo no perdona. De nuevo al baño: un poco de color en los ojos para que parezca que me desperté por lo menos hace una hora, crema de peinar para aplacar los rizos, vuelta rápida frente al espejo, un café al paso rumbo a la puerta. Llave, luz del pasillo, botón del ascensor. Uf! Una vez más… lo hice. Nooo… Y el ascensor? Sube? No tiene que subir, a esta hora lo llamo yo. Siempre fue así, tiene que ser así, es mi hora del ascensor! Se va, se va… Pierdo el colectivo, llego tarde. De qué valió mi carrera sincronizada? Algo habrá fallado; ahora tengo que apurar la escalera y mañana tratar de mejorar la marca.

Piiiiiiiiip… Las 7:00. En sus marcas, listos… ¡Ya!
Antes de abrir los ojos mi mente vuelve al mismo instante de hace 24 hs y le transmite a mi cuerpo que debe exigir un poco más la máquina. Me levanto de un salto (literalmente) y en 2 pasos menos de lo habitual estoy en el baño. Mientras me lavo los dientes miro el cielo y preparo mentalmente la ropa que que voy a usar. No puedo evitar ver en el espejo, que un pelo de mi ceja ha crecido claramente fuera de lugar. Hay que quitarlo. Calculo todos los movimientos que implicaría sacarlo y me doy cuenta de que no es momento, tendrá que esperar a la tarde. Prueba de vestuario. Listo, correcto. Vuelta al baño para el retoque final. Crema en el pelo, sombra en los ojos. Y ese pelo!! Lo tengo que sacar aunque implique un tiempo no calculado. Segundo cajón. Pinza, pinza, pinza… acá! La saco de la funda, se cae!!! La agarro con cuidado, me acerco de costado al espejo hasta distinguir bien la zona y trato de encerrar el diminuto pelo descarriado entre las pinzas. Se escapa a la primera, se escapa a la segunda, lo agarro a la tercera. Ahora tengo un punto rojo en el párpado, pero no tengo más el pelo!
Vuelta rápida frente al espejo, un café al paso rumbo a la puerta. Llave, luz del pasillo, botón del… No puede ser. Otra vez me ganaron de mano. Quién? Escalera, casi tobogán, hasta la planta baja. Cuando voy por el tercer piso, en carrera desorbitada, lo veo. La luz lo anticipa. Baja con la misma tranquila marcha que cuando dentro voy yo, pero ahora lo veo desde afuera. Ahí pasa el usurpador, absorto en el nudo de su corbata azul, ajeno al espantoso contratiempo que causa en mi mañana; como quien, tras elegir del montón el mismo bocadillo que uno había ya elegido con las pupilas, estira primero el brazo, lo agarra con toda la delicadeza que la gula puede permitir y lo saborea frente a nosotros, olvidado por un momento de la tertulia.


Receta asociada
http://recetariodeanaqueles.blogspot.com/2010/05/masitas-de-corte-o-pastas-de-te.html

2 comentarios:

caro! dijo...

la chica de la ventana tiene muchas cosas para contar!! porque tiene algo para decir! besos amiga Pau!!y te felicito por tu "siempre hacer"

NityaYang dijo...

Demasiado honor, linda, sólo el hecho de que me hayas dejado probar el primer bocado. Aunque me repita, pero nunca como el ajo, insisto: me ha encantado!!!! Besos mil, niña!!!